Descripción
Solo las camelias fueron libres
en los balcones
Este poemario es una autorreflexión y una toma de conciencia
casi diaria de lo vivido en la pandemia y pospandemia, donde
cada amanecer era un no saber cuántos muertos o contagiados
iban a reflejar ese día las estadísticas y donde la información
no tenía garantías.
Es una invitación comunitaria a la autorreflexión en un momento
terrorífico de aislamiento mundialmente vivido: la comunicación
se hacía a través de las pantallas, el mundo paró y los balcones
eran el lugar donde manifestarse y/o aplaudir a los cuidadores
de las trincheras sanitarias.
Solo las camelias fueron libres en los balcones representa simbólicamente
el contacto con la naturaleza en las ciudades donde los
balcones, las terrazas, las macetas y los animales nos abrían
una posibilidad de libertad.
Comprobar como el sol ilumina las flores y el aire era una salida
del aislamiento, en un momento en el que las pérdidas no
pudieron ser acompañadas y los paseos sin destino eran búsquedas
de libertad.
Nuevamente, la autora nos presenta una salida luminosa después
de atravesar la oscuridad.
La conciencia se vuelve compañera; la esperanza, guía, y el
amor, la única curación del ser humano incluso en momentos
de guerra.
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