Estimados amigos:

Un año más, por Sant Jordi, compartimos además de libros, mesa y mantel.

Para festejar que avanzamos, nos reencontraremos de nuevo, porque no hay autores sin lectores, y no hay lectores sin bocados de palabras, celebramos nuestro treinta aniversario con una cena la víspera del día de Sant Jordi.

Este año la haremos en el Hotel Oriente, en la Rambla dels Caputxins, 45.

Día: Viernes, 22 de abril, a las 21.00 horas.
Precio: 45 euros

Es necesario que RESERVÉIS PLAZA en: edicionescarena.santjordi@gmail.com o en el 691 02 23 18.
(*) Indicad vuestro nombre y número de comensales.

PAGO ANTICIPADO: 45€ | PLAZAS LIMITADAS

Por TRANSFERENCIA: ES52 2100 0780 1202 0010 6167
o por BIZUM: 663 85 88 98

Un abrazo,

El equipo de Ediciones Carena

Estamos en tiempos de desplome de conceptos, convicciones, formas de entender la vida y de organizarnos. Y eso no es necesariamente malo. Un edificio se desploma cuando envejece, cuando está hecho de un material defectuoso, o cuando, por cualquier circunstancia, deja de ser útil.

Creo que eso es lo que está ocurriendo con el mundo con los conceptos exclusivamente materialistas que nos han ido inoculando. El nihilismo cultural y espiritual nos conducen a un debilitamiento interno muy proclive a la vida adocenada de los rediles humanos.

La literatura es la linterna interior que se enciende cuando buscamos la luz. Y se enciende tanto cuando escribimos o cuando leemos.  En ambos casos estamos activando una fuente de luz que despierta e ilumina a ese yo discerniente que, olvidado, dormita en nosotros y que está llamado a marcar las pautas de nuestra vida. Algunos lo llaman personalidad, otros sujeto lírico, otros voz del alma, pero todos coinciden en que es el responsable discerniente, de manejar el timón de nuestra vida. La literatura constituye el legado compartido de los pioneros que con más lucidez indagaron sobre nuestra naturaleza y sobre las formas de desenvolvernos en este mundo tan hermoso como complejo.

La literatura es la ciencia de la reconstrucción interna, la ciencia compartida que nos indica que no puede haber renovación auténtica sin un desplome del materia caduco que hay dentro de nosotros, tanto en el plano personal como social, ambos intensamente unidos.

Pues bien, la confluencia de miles de factores de distinto origen nos habla urge a renovarnos. Nuestros recientes parámetros vitales: economicismo, materialismo, culto a un cuerpo desalmado, ruindades políticas por doquier… nos anuncian que es tiempo de reinicio, de reinvención, de reconstrucción interna.

Y aquí está nuestra amiga, la literatura, presente desde que en las oscuras cuevas del paleolítico nos preguntábamos por el misterio de las estrellas. 

No estamos hablando de una literatura predeterminada por los parámetros comerciales ni por las modas inducidas, sino de la que surge de dentro, de la que puede leerse con los ojos del alma. Esos flaxes que por la noche iluminan nuestros sueños. La nueva aurora literaria viene a guiarnos, a inaugurar un nuevo día que, amasando los aciertos y errores del anterior y el fermento de nuestras ilusiones renovadas venga a ayudarnos a la reinvención pendiente. Una reinvención que comenzará en el interior de nuestros corazones aportándonos los ingredientes para una vida en plenitud y que acabará por dibujar una sociedad más justa y placentera. Para eso hemos de plasmar nuestros sueños y darlos a conocer. 

Ese es precisamente el viento que sopla en la velas de la nave de Carena: indagación, renovación, valentía, expansión gozo. Ese viento que ya nos está abriendo los mercados de Iberoamérica con unas propuestas intensas, osadas y apasionadas que nos permitan entrar con buen pie en la nueva era que se está abriendo paso. 

Ahí está nuestra editorial, con su equipo maravilloso, con su catálogo cada vez más intenso, con la maravillosa energía de autores y utoras, y la de quienes leen nuestros libros y nos ayudan con sus sugerencias. 

Gracias a todos y feliz entrada en la agrupación estelar de Carena, la parte delantera de Argo Navis, la constelación que navega por el hemisferio sur dando luz a los humanos.

Os dejamos con las cuatro páginas con que Benoît Pellistrandi ha comentado Sostiene Mengano en el número de septiembre de ‘Revista de Occidente’ (nº 460).

OTIS_ndc3p001_2140_001

1. Somos una editorial absolutamente respetuosa con cualquier opción política  e independiente de cualquier partido o ideología.

 

2. En el ámbito de la política fomentamos todo aquello que conduzca al entendimiento, a la crítica constructiva y al fortalecimiento del diálogo y la apertura de miras.

 

3. En concreto, nuestra editorial está potenciando el mayor conocimiento y la mayor aproximación entre escritores de expresión catalana y española.

Por ello hemos sacado una colección de poesía bilingüe, porque creemos que la cultura ha de propiciar el bien común y el conocimiento entre todas las manifestaciones culturales en la Península y fuera de ella, como camino para la construcción de un mundo mejor.

 

4. Nuestra trayectoria independiente nunca ha sido vulnerada, ni hemos sufrido presión alguna por ninguna administración. Somos respetuosos y hasta ahora hemos sido respetados. Negamos haber recibido presiones ni amenazas de boicot ni en este ni en ningún otro caso.

Ràdio Estel entrevista a Florenci Bové, filósofo y educador con valores cristianos. Su ensayo, Coses que cal dir, nos seduce con su forma de comunicar: próxima, densa, vital, reflexiva. Estamos, pues, ante una obra enfocada a reflexionar y repensar a los valores en nuestra sociedad actual, aunque esté especialmente dirigido a jóvenes, adolescentes y parejas. Nuestra editorial, que fomenta y cuida del pensamiento y el arte con toda sume pluralidad y en sus matices, valora la trayectoria profesional de Florenci y su inestimable compromiso con la educación en las escuelas y en el ocio.

Os dejamos la entrevista:

Es como si la(s) vida(s) se empeñara(n) en ocultar con velos más o menos densos la luz originaria que emana desde nuestra alma y la poesía tuviera el don de rescatarnos de nuestras propias tinieblas. Y es que el lenguaje poético, antes de serlo, se manifiesta en el alma como una energía luminosa, vital, que se expande a través del aura y que tiene que ver con una sutil purificación de nuestro prisma interior.

Cuando conocí a Antonia Lácoz la sentí poseída por esa antigua luz espiritual, transformada internamente una suerte de lenguaje poético grabado en su alma antes de ser escrito.

Bromeé conmigo mismo retándome a adivinar algunos de los versos latentes que, tarde o temprano, ella acabaría plasmando en el papel. Tuve claro que me encontraba ante una gran poeta… que, según me informó, era totalmente inédita.

A las pocas semanas ya había nacido Dolor y gozo de la rosa. No le costó trabajo: un libro que su alma había ido grabando desde su niñez, preñado de ese perfume memorable cuyo gozo o dolor lejano van perdiendo sus aristas para transformarse en memoria amorosa.

Un parto sin dolor, largamente madurado durante toda su vida: un poemario entrañable rezumando memoria, constatando la floreciente presencia de lo que creímos ido.

Pero aquello que bien podía haber sido el culmen, fue solo un principio. Y a aquella rosa de perfume doliente le llegó el esplendor inusitado de una primavera imprevista: El florecimiento de la rosa, un “milagro de la primavera” cuando creíamos que estábamos abocados al invierno, un milagro semejante al que el bueno de A. Machado sorprendió reverdeciendo el tronco carcomido de un olmo del Duero. Y es que Antonia Lácoz, con su mirada poética ha sabido desentrañar la extraordinaria luz de lo cotidiano, esquiva a la mirada superficial al uso. Tal vez ese sea el mensaje unitario de todo el libro: enseñarnos a ver el destello maravilloso que refulge en cualquier instante fijándose especialmente en la transformación perpetua que nos ofrece la naturaleza en el trasegar de las cuatro estaciones.

Y es un milagro porque la poeta descubre que, bajo lo que llamamos realidad –ya afirmó Einstein que la realidad tal como la concebimos no existe, pues todo es un pasmoso y atómico vacío- hay una esencia real pero inmaterial, impregnada de honda y potente belleza, y que habita en el paraíso anímico de cada cual.

Allá lejos, La Paloma,

evocada en tu  paraíso,

recuerdos-sueños; mar,

viento, infancia, cielo…

atardeceres de profundidad,

silencio. Solo el oleaje,

el viento y los colores

renovados, indescriptibles

del misterio.

La mirada va desvelando el alma de los paisajes, las hondas vivencias que creímos olvidadas emergen al presente con denodada consciencia lírica hasta alcanzar la plena fusión entre el observador y lo observado, entre el alma del paisaje y el paisaje del alma…

Delicadas ramas de  imperceptible

palidez rosa  mecen sus brazos ,

sus cabellos al viento. Los cipreses

son suspiros oscuros hacia

la tarde arrebolada.

Al final, la voz ya no pertenece al poeta, ni tan solo al lector, sino al paisaje mismo, o mejor dicho, a la totalidad, a la fusión cuya voz merodea por el éxtasis:

también piedra, cielo, vida vibrante,

en unión amorosa, en presencia atenta,

dichosa, sin pensamiento.

Sintiéndome uno con este instante

en que centellea  la vida, ya sagrada.

 

José Membrive

El tiempo es mi lengua

 

Fantasía y realidad, al igual que dolor y felicidad, verso y prosa, sueño y vigilia, paz y guerra forman parte indivisible del mismo conglomerado de la vida y solo hay un lenguaje en el que puedan ser expresados sin contradicciones: el poético.

Todas las experiencias pueden ser dañinas o sublimes en función de la mirada que despleguemos sobre ellas.

La mirada poética de Slavi está más allá de su propia individualidad, de su tiempo, de su espacio, de su felicidad, de su dolor, también del nuestro, es una mirada intemporal, cósmica en donde los paisajes, la geografía, son los auténticos protagonistas “los ríos pintan las mañanas y por la mañana la linfa se convierte en espuma blanca, lejos de estos ríos está mi patria. Los ríos son la sangre de mis recuerdos que parece que se derraman en los otros mares… el viento está mezclado con mis raíces, el tiempo es mi lengua…”

Bajo este prisma el amor, la guerra, la muerte el placer, se invisten de un halo telúrico que nos despoja de todo aquello que no es memoria, contemplación, de todo aquello que no está narrado por la intemporal lengua del tiempo.

Y el tiempo narrador prescinde de la rima, del rítmico acento del verso. El tiempo apenas tiene más lenguaje que el de su lento remanso en la memoria del poeta que se confunde con la propia naturaleza narradora.

El poeta, abducido por la voz de la naturaleza, termina siendo hablado por ella, se convierte, más que en su portavoz, en su voz, más que en su mensajero, en su mensaje. La poesía como expresión creada por la madre naturaleza que se dirige a cada uno de sus hijos, como canción de la vida con todos sus claroscuros, más allá de los límites de la individualidad, del dolor o de la felicidad, diluidos ambos en el mar eterno de la memoria poética.

Hablar de lo cotidiano con lenguaje intemporal, hablar de nuestras experiencias, como parte integradora del alma de la tierra es transfigurar nuestra humilde condición, elevarnos a la categoría de lo cósmico, es tejer la poesía con el aliento de cada instante. Para el poeta “El alma es el tiempo. Puede mirar sin los ojos.

“No hay límites temporales ni espaciales, el aquí y el ahora se mezcla con el ayer. Afirma Isabel Rezmo en el brillante prólogo.

Esa inmersión  en la condición cósmica del ser humano, o mejor dicho, en la condición humana del cosmos, exige una metamorfosis en el poeta y, por consiguiente, en el lector. Aprender a vernos, a relatarnos de una manera más esencial, conlleva la adopción de un lenguaje exento de todo artificio, centrado solo en la expresión primigenia, inocente y a la vez lúcida, del susurro anímico, sin más voluntad de rima, sin más ritmo que el de la palabra fontal, inevitable.

Armenia es un país que aún cree en la poesía, que la vive intensamente, en sus escuelas y en sus universidades, país pionero en la adopción del cristianismo como coagulador de la cultura occidental, país que ha mantenido, como el propio poeta, su voz trascendiendo a su dura historia de invasiones y genocidios. Es natural que, en tiempos también de desorientación cultural y desplome de valores obsoletos que afecta a occidente, Armenia nos regale la voz esencial, seminal, renovadora de sus poetas, tan duchos en la contemplación del desplome de regímenes socio-políticos que parecían invulnerables.

Slavi también ha tenido que hacer frente a situaciones crueles, como soldado en Siberia del ejército ruso. De todas sus heridas, de su fuerte tradición en la mirada trascendente, y de su enraizamiento en el dolor y en el amor es de donde surge su propuesta renovadora, su manera de reinventarse la poesía para que podamos reinventarnos a nosotros mismos.

Días de paz, exige ser leída con mirada de niño, pero también con la mirada valiente de quien esté dispuesto a ver más allá del prisma egocéntrico que tanto daño a la poesía y a la sociedad contemporánea.

 

José Membrive

Nos enorgullece anunciaros que la Academia Xacobea en colaboración con la Secretaría Xeral de Cultura y la Secretaría Xeral de Política Lingüística de la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria da Xunta de Galicia y patrocinio de Ediciones Carena, convoca el Premio de poesía Camino de Santiago: Certamen Poético “Se hace Camino” cuya obra ganadora será publicada por Ediciones Carena, con el fin de promover y divulgar el Camino de Santiago y el fenómeno jacobeo.

A este premio podrán concurrir todos los poetas o poetisas de cualquier lugar del mundo con un poemario escrito en castellano o gallego, cuyo contenido oscile entre 450 y 550 versos, cuyo tema de fondo será: “la vida como camino” y que deberá mantener una vinculación explícita o implícita con el Camino de Santiago. 

El ganador recibirá un premio dotado con MIL QUINIENTOS EUROS sujetos a las retenciones legales que resulten aplicables. El ganador o la ganadora recibirá también un diploma acreditativo y verá su obra publicada en castellano y gallego por Ediciones Carena.

Para más información, adjuntamos las bases del concurso.

¡Buena suerte!

Descargar las bases del concurso

(La literatura como arma de indagación transformadora)

Con el término nivola, aplicado a su obra Niebla, Miguel de Unamuno, quería marcar la diferencia entre la indagación del mundo interior que planteaban algunas de sus obras frente a la novelar realista clásico.

Unamuno pensaba que la novela al uso se había incapacitado para explorar lo realmente esencial en el ser humano, su entidad profunda, individual, esencial.

Niebla narra la historia de Augusto Pérez, un personaje hosco y filosófico que se enamorará de Eugenia, y consagrará sus esfuerzos para conquistarla.

Te quise ayer, la última novela de Luis Anguita, es la historia de Marcos, un personaje huraño, solitario, que se enamorará de Sofía y consagrará sus esfuerzos a conquistarla.

Tanto Unamuno, como Luis Anguita, y sus protagonistas respectivos parecen más interesados en el universo interior, personal e intransferible, de cada uno de ellos, con sus respectivos problemas, que el análisis de los condicionamientos sociales y la culpabilización colectiva que en la que suele enredarse el novelar al uso.

Ambos hilan sus obras como «relatos dramáticos acezantes, de realidades íntimas, entrañadas, sin bambalinas ni realismos en que suelen faltar la verdadera, la eterna realidad, la realidad de la personalidad» como define el propio Unamuno a las nivolas.

Curiosamente, Unamuno, concibe que a la novela realista le falta lo esencial: “la eterna realidad de la personalidad”.

El cambio de enfoque supone también un cambio en la forma y en la estructura del novelar: Ambos autores dan prioridad al contenido sobre las forma, y caracterizan a sus personajes por un único rasgo de su personalidad, una idea o una pasión que los catapultan a una especie de intro-revolución, que les permitirá afrontar el caos.

En realidad, se trata de una rebelión de los personajes en contra de su propio destino.

Consecuentemente, ambos acaban enfrentándose, a vida o a muerte con sus propios autores en el caso del unamuniano Augusto Pérez, ya se sabe, pierde la batalla al intentar cambiar el guion para salvarse a sí mismo.

Marcos va mucho más lejos: no se conforma con cambiar el final, se apropia de la pluma y se proclama autor de la novela para reescribirla, reescribirse y recrearse a sí mismo. ¿Resultado? Eso pertenece al secreto del sumario que el lector desvelará; lo importante es el arma que utiliza Marcos para trazarse un destino digno: la literatura.

Personajes arquetípicos

Lo interesante, tanto de Augusto Pérez como de Marcos, es que encarnaran la quintaesencia del ser humano contemporáneo condicionado por  una sociedad experta en la manipulación mediática, en el adocenamiento y en la asfixia del mundo interior, individual, intransferible de cada cual.

Ambos personajes se rebelan contra el prosaísmo sofocante, contra la dinámica del economicismo que extirpa todo cuanto no es útil para convertirnos en máquinas productivas.

La literatura como medio de liberación

Y la originalidad de Luis Anguita y de Marcos (en este caso coinciden autor y personaje) es la elección del arma escogida para salir del marasmo: la literatura, la novela re-escrita a cuatro manos entre ambos utilizando la técnica “nivolista” de dejar que sea el factor interno el que marque la pauta. Ambos ponen la fe en la preponderancia de la inspiración interna sobre las preocupaciones laborales o el papel social algo totalmente revolucionario en estos tiempos de practicismo economicista.

No existe vida privada sin un guion íntimo, personal, que dé sentido al universo particular, no existe singladura vital si no es nuestra propia mente la que la promueve, si no son nuestras propias manos las que se encargan del timón.

Solo podremos cumplir nuestros proyectos cuando se nos hayan sido revelados por ese sueño de los despiertos que se llama lenguaje interno, conciencia personal. No podremos plantar nuestros designios si previamente no hemos cultivado un plantel interior, mediante la palabra inspirada.

Este es el mensaje “nivolístico” tanto de D. Miguel como de D. Luis y sus respectivos personajes.

En “Te quise ayer”, el cultivo de la literatura permite a Marcos desamordazarse, liberarse del eco del rebaño para forjar su propia voz, canalizar la riqueza de los sentimientos que hasta ahora permanecían asfixiados. La literatura como plasmación y realización de nuestros sueños, como oráculo imprescindible para conocer nuestras facultades, para liberar nuestros miedos, para tender redes de luz que nos conecten con los otros, pero también como medio de dotar de trascendencia a nuestra existencia, como manera de fijarla, más allá de nuestros límites biográficos. La creación literaria como recreación vital, como liberación del silencio de los corderos.

No existe viaje sin guion previo y quien lo escribe marca el destino. Marcos decide hacerse dueño del relato de su propia vida, activar el último recurso (“nos queda la palabra”) y con su ejemplo invita al lector (un lector es siempre y necesariamente un re-escritor) a hacer lo mismo: a dejar que sea la voz interior, la más auténtica de cada uno, la que modele la singladura, la que haga aflorar el mundo afectivo, interior, la que desvele el rico mundo sentimental que haga posible, como el olmo del Duero, el milagro de nuestro reverdecer como personas.

Hay otras muchas motivaciones por las que leer Te quise ayer, personajes robustos (el tío del protagonista), tiernos (Sofía), lúcidos (Elena, la librera), pero, aunque solo fuera por esta reactivación de la nivola, por la rebeldía literaria, transformadora, deberíamos leer esta obra y, lo que es inevitable, poner en marcha nuestra propia nivola vital.

José Membrive

Violencia de género
Diez años. Un día. Siempre un después…
de Mariaje de la Torre

 

Hay novelas de cuyas páginas dejan escuchar lamentos torturados de sus personajes y su rumor, aun con el libro cerrado, permanece incesante en la estantería, sin opción al silencio.
Algo de eso ocurre con Diez años. Un día. Siempre un después…
Estamos ante un tratado novelístico del sufrimiento humano derivado de una vida descompensada en pareja.
Podría decirse que el libro trata sobre violencia de género, pero también sobre el vampirismo afectivo que envenena las relaciones sentimentales en occidente y que nos están abocando a una sociedad de solitarios.
La gran virtud de la novela es que los personajes no se paran ante planteamientos teóricos ni culpabilizadores, sino que afrontan las dificultades del día a día con ánimo de superación. La facultad de aprender de las adversidades, la paciencia, la esperanza, la fortaleza interior… son virtudes poco predicadas y menos practicadas, que, a la larga, producen una literatura dura, saludable, esperanzadora.

 

José Membrive