Descripción
La autora, en un acto de valentía y de amor, cuenta sus memorias en torno a un acontecimiento que marcaría el resto de su vida. Este libro lo concluye con estas bonitas y sentidas palabras, que constituyen, no el fin de la historia que se narra, sino el principio de un devenir que imprimirá en la protagonista una forma distinta de ver el mundo a través de la ausencia de su hijo querido: “Aquellos nubarrones negros que un día oscurecieron mi vida me han acompañado en mi caminar por un desierto inmenso, cegada por el polvo del camino, y, en esa terrible penumbra, sólo la soledad de mi amor ha sido testigo de mis lágrimas…”.
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