Descripción
Verano de 1970. Margaret, una joven suiza criada en una familia ginebrina, emprende un viaje en coche por España, sumida entonces bajo el yugo de la dictadura. El periplo cambia inesperadamente de rumbo cuando Margaret descubre, en medio de una vieja carretera en desuso, un monasterio habitado por un puñado de frailes y criados. A los pocos días, la muchacha descubre que uno de los habitantes de aquel monasterio, Viriato, es en realidad un fugitivo. El encuentro entre Margaret y este hombre marcará a fuego la vida de la joven. Nada volverá a ser igual.
Los numerosos claroscuros en la vida de Viriato —el misterio en torno a su procedencia y las verdaderas razones que lo llevaron a refugiarse en ese monasterio— constituyen no solo el objeto de fascinación de Margaret y la razón por la cual terminará arriesgando su vida, sino también la bisagra que articula en la novela tres épocas distintas de la historia de España: el estallido de la guerra civil, los años finales de la dictadura franquista y la transición.
«Para entender el dislate de aquel verano, he necesitado el correr de los años y la ausencia del amado. Voy a tratar de describir las contradictorias sensaciones que experimenté: el amor, la solidaridad, el deseo, la culpa, la curiosidad y el miedo, mucho miedo; un terror jamás vivido hasta entonces que he arrastrado cosido a mis entrañas a lo largo de toda mi vida», nos dice la protagonista al recordar, varios años después, sumida en la soledad de su Ginebra natal, aquel viaje. La nostalgia del lobo se revela, en este sentido, no solo como una catarsis personal de la protagonista sino como un intento de reconstrucción de la memoria colectiva, al sumergirnos en los estertores de una larga y sangrienta dictadura. Al escarbar en las heridas del pasado, La nostalgia del lobo se posiciona en las antípodas de un presente dominado por la carencia de ideologías, la inmediatez y la amnesia histórica.
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