Descripción
Observar que tanto la filosofía como la poesía, pretenden ambas atrapar el universo; entender cuanto nos ocurre y hay a nuestro alrededor, desde lo más inmenso y sublime hasta lo más pequeño, natural y rutinario.
Pero ante la imposibilidad de la razón de comprenderlo todo absolutamente, apoya la mirada en la poesía que ha sido creada para explicar lo inexplicable, lo infinito; para designar el universo interior del ser humano, su grandiosidad incomprensible pero perceptible al nombrar el propio universo; y ahí la persona-poeta lo asemeja al universo exterior nombrándolo en la música, en las voces, en las emociones, en las interminables alegorías del alma humana en las que puede percibirse.
El mundo exterior lo pretende comprender desde el mundo interior: desde la intimidad, la infinitud y las percepciones que nos aporta nuestro espiritu sublime y grandioso; aunque todo ello es advertido sutilmente dentro de la inutilidad y la ausencia.
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