El jueves 9 de noviembre por la tarde hice la presentación de mi novela «El mayor de los silencios» en la librería La Font de Mimir. Fue una presentación mágica, íntima, familiar, en la que me sentí rodeado de los míos y de los que sé que me quieren y desean lo mejor. Dicho de otra manera, en esta presentación jugaba en casa, y el público estaba entregado, y dispuesto a comprar (que es algo también importante para nosotros). Expliqué las razones que me llevaron a escribir una novela, y por qué me convertí en activista a favor de los derechos humanos, y como, esta faceta de escritor es una más en mi intento de difundir los valores de la tolerancia, el respeto y la democracia. Naturalmente, la novela «El mayor de los silencios» juega su pequeño papel en el que reivindico la lucha a favor de las libertades mientras hago aflorar historias familiares. Necesito recordar el Holocausto como página terrible de la Humanidad, mientras grito junto Theodor Adorno: Nunca más.

 

José Vicente Mestre Chust


Podéis encontrar «El mayor de los silencios» aquí

Dicen los que saben, los verdaderos conocedores, que uno de los mejores lugares para encontrar al Divino es a través de los textos revelados, sea de la tradición que sea. Y Creer en Dios o creer en Jesús tiene mucho de eso, a pesar de presentarse en un marco de novela. Pero lo cierto es que este encuentro entre dos cardenales —Aldo Conti y Carlo Martinetti—, donde uno de ellos entra en crisis de fe, sirve a nuestro autor para indagar no solo en los entresijos de la iglesia católica y la figura de Jesús, sino también en las preguntas existenciales del ser.

Tres detalles resalto de esta obra que va mucho más allá del simple entretenimiento:

—La interpelación de Roger Armengol con las santas escrituras, especialmente con el Nuevo Testamento, generando diálogos inteligentes y una escucha atenta del lector interesado.

—La imantación de la figura de Jesús, en su aspecto más humano.

—Su forma de indagar lo numinoso. Nuestro autor no lo hace desde la fe, tampoco lo hace desde la revelación, sino a través de la pregunta y el preguntarse. Apuesta por la propia duda como la manera más eficaz para saber sobre lo divino. Un enfoque, pues, racional, analítico e ilustrado para entrever el misterio de Dios. ¿Lo conseguirá?

Francesc Rovira, autor de El retorno de mesidor, es un escritor por don y por oficio.

Una de las cosas que más me sorprendieron al leer su libro, más allá de una posible interpretación de asesinato del conocido revolucionario francés, J.P. Marat, fue la erótica que esconde su relato; una erótica profundamente femenina: fina, receptiva, voluptuosa. Así que tengo que reconocer que, como lectora y como mujer, me azoró —casi me ruborizó— la carnosidad de su prosa, y que va mucho más allá de las heroínas femeninas que hace aparecer, pienso en Margot, Silvie o la propia Charlotte Corday.

El segundo detalle a resaltar —en medio de esta novela de suspense— es la agilidad que posee nuestro autor para entender la complejidad del ser humano, sobre todo, desde sus dos principales luminarias: la luz (expresada aquí en belleza-amor-perdón-recreación literaria) y tinieblas (obsesión-perturbación-culpa-asesinato-mala inclinación).

Les invito, pues, a leer esta novela por tres principales razones: por su bello decir, por su erótica y por la interpenetración magistral de la complejidad y grandeza del ser humano.

¡Buena lectura!