Aunque para muchos el nombre de José Membrive sea más conocido por el hecho de dirigir la prestigiosa editorial “Carena”, nos encontramos ante un valioso escritor que viene cultivando desde hace décadas la poesía con títulos tales como “Del amor y de la noche”, “Reductos del silencio”, “Besos.com” o “El pozo”; la narrativa con libros como “El rockero de Mollet y otros relatos”, y el ensayo con obras tales “El homo trascendente” o “Por el derecho a disentir”. “De bien nacidos”, su último título, aparecido en 2017, es un libro de poesía muy diferente a todos los que se vienen publicando en las últimas décadas. Por lo pronto, diré que se trata de un libro sumamente positivo, un libro de gratitud para con la vida y la familia. Es un poemario de amor escrito con sencillez, con musicalidad y con hermosas imágenes.

José Membrive ha dado con esta publicación un paso muy audaz pues se atreve a mostrarnos lo que hoy, en este mundo gris y encanallado, más se esconde: la ternura.

En “De bien nacidos” hay tres partes: una primera escrita hacia 1993 que está formada por varios poemas dedicados a la muerte de la madre. Una segunda centrada en la muerte de su excompañera y madre de su hijo, con poemas muy confesionales y hondos que van desde el dolor a la esperanza. Y una tercera, dedicada a sus hermanos, donde nos muestra su gratitud y cariño a todos ellos y donde realiza con sus versos palpitantes todo un estudio de caracteres. En realidad, “De bien nacidos” supone para José Membrive un repaso a toda su vida para encontrar la calma de espíritu. Y así nos dirá: “Este libro es el más cómodo y placentero de cuantos he escrito”. A ello añadiría yo que nos encontramos ante una obra muy original en su planteamiento y en su estructura. Es casi un álbum de familia en el que no falta un diálogo con los ausentes porque para José Membrive, hombre de extrema espiritualidad, aunque no vinculada a ninguna religión concreta, esos familiares ya idos viven aún y siempre. Pero la originalidad de la obra no se detiene ahí: en el texto participan también su hijo y una de sus hermanas y al final se invita al lector a escribir un libro semejante y se le ofrecen seis páginas en blanco para ello o sea para que éste componga algunas poesías a sus seres queridos. Esa manera de interactuar en el lector me parece insólita y muy valiosa. Pero “De bien nacidos” presenta otros aspectos no menos interesantes. Estamos ante un libro que nos trae un aroma fresco, rural, de acequias y choperas, y es todo un homenaje a esa generación fuerte y honrada que vivió la posguerra y saco el país adelante con grandísimos trabajos. Tampoco faltan en sus páginas ciertas ráfagas de humor como aquéllas en las que el poeta nos refiere su paso del seminario al comunismo. Y deliciosa me parece esa autobiografía lírica titulada “El retorno del ángel”, donde José Membrive nos habla de su pérdida de la fe y de su posterior anhelo de trascendencia, y todo ello con una simpática ironía.

La obra encierra poemas excelentes como “Madurando”, “Y al final la esperanza” o “El ángel que bajó a la tierra”, todos ellos de una estremecedora sinceridad porque, ante todo, José Membrive es un poeta verdadero.

Se percibe un aire popular con referencias en algunos textos a canciones como “Franciso Alegre” o a leyendas de bandoleros. Y también se aprecia un manejo fenomenal del romance y vayan estos dos fragmentos de sendos poemas como ejemplos:

 

“La tarde se cerró en lluvia;

yo solo, en ciudad lejana,

esperando un tren de sombras

que me tornase a la infancia.”

 

“Pues si retoña la hierba

al beso primaveral,

pues si renacen los días

después de la oscuridad…

Si retornan primaveras

del cementerio invernal…

¿Por qué los seres queridos,

por qué a un ser tan especial

le está vetado el milagro

del cíclico despertar?

 

También encontramos poemas en versos alejandrinos, e incluso cuando maneja el verso libre nuestro poeta demuestra poseer muy buen oído. Poesía en fin para ser escuchada, leída y también para la reflexión.

Fernando de Villena

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